¡Hola a tod@s!
Hoy os quiero compartir una carta con la que trabajamos en sesiones y talleres de Duelo Perinatal. Es una carta escrita desde la visión del bebé que se ha ido. Aunque es un tema muy duro, desde Centro VIVE busco acompañar a madres y padres a que cuenten su historia y a su ritmo puedan sentir la perdida y despedirse de sus bebés.
Querid@s Mamá y Papá,
He tenido que marcharme.
Sé que el dolor que os causa perderme será uno de lo más grandes que habéis sentido en vuestras vidas.
Sé que me esperabais con ansias.
Desde el primer momento en que estuve contigo mamá, pude sentirte viva.
Podía escuchar tu latido, sonreír al sonido de vuestras risas y disfrutar de vuestros momentos de tranquilidad.
Cuando supisteis que venía en camino, pude sentir la inmensa alegría en las tripas de mamá, ahí estaba yo…
También pude sentir el miedo a hacer las cosas bien. La tristeza que sentíais cuando pensabais en que podría pasarme algo, y el poder con el que os recuperabais y conectabais con la certeza de que todo iba a estar bien.
¨Seré una buena madre¨, afirmabas ¨Serás un buen padre¨ le decías a papá con una sonrisa. ¿Y ahora lo dudas?
Pero mamá, papá, en esos momentos en que he estado con vosotr@s, tuve alguna duda de que siempre fuéramos a llevarnos bien, tuve alguna duda de que no fuerais a reñirme o a enfadaros a veces conmigo, tuve duda de si nos gustarían las mismas cosas; pero NUNCA tuve duda de lo buena madre que ERES YA, nunca tuve duda tampoco de lo buen padre que ERES YA.
Quédate tranquila mamá, que estoy bien.
Quédate tranquilo papá, de verdad estoy bien.
Dejad la culpa de lado. Permitíos que vuestros sentimientos afloren, recuperad la certeza de que siempre os recordaré y sé que siempre me recordaréis.
Porque querida mamá, querido papá si hemos conseguido amarnos, aunque sea ese pequeño espacio de tiempo, para mí ha merecido la pena.
Os amo,
Bebé